Tengo una buenísima noticia para tí: y es que tú YA ERES LÍDER.

Esta afirmación la escuché hace ocho años en uno de mis programas de radio favoritos, y confieso que arrojó luz sobre mi ejercicio del liderazgo en mi día a día, sobre el liderazgo desde el que es posible generar pequeños cambios que acaban moviendo más de lo que podríamos imaginar. 

Resignificar el concepto de “liderazgo”, pasando del mito del liderazgo ejercido desde la justificación de ostentar altas posiciones jerárquicas o de “autoridad formal”, a un planteamiento en el cual el liderazgo es más una “autoridad moral y de inspiración”, me dotaba de poder.

¿Y por qué me dotaba de poder? Pues en primer lugar, porque en la mayoría de ocasiones, para lo primero preciso que alguien ajeno a mí decida situarme en un escalafón de poder o concederme ciertos “galones”, lo cual, puedo controlar a duras penas. Lo segundo, porque incluso consiguiendo llegar a ese escalafón u obteniendo esos “galones”, no estaría garantizado mi liderazgo, entendiendo el liderazgo como una habilidad para influir y motivar las acciones necesarias para generar cambios y evolución

Sin embargo, entendiendo al líder como una autoridad moral y de inspiración, gano capacidad de operar sobre ámbitos que yo sí puedo controlar. Puedo trabajar en ciertas palancas desde mi propia persona para ir ganando autoridad moral, de referencia, motivacional e inspiradora, mejorando distintas habilidades de las que hablaré ahora. Está claro que tú no controlas el resultado de ese trabajo, y puede que precises, bien seguir trabajándolo hasta conseguirlo, bien ir redirigiendo la forma o ámbitos sobre los que trabajas. Esta es la “sal” de este camino de crecimiento personal y profesional, que no hay una fórmula científica que genere siempre los mismos resultados. Pero sin duda, desde esta perspectiva, tú como individuo dispones de mayor libertad de acción y decisión si quieres madurar tu capacidad para liderar. Desde esta perspectiva, todos somos líderes, de facto o en potencia, según tu nivel de consciencia y dentro de contextos específicos: a unos nos cuesta más que a otros trabajar algunos aspectos, tenemos sin duda distintos estilos de liderazgo (y ese es el “puntito” de tu marca personal) y distintas maneras de proyectarlo (a través de la forma en que comunicamos y nos mostramos).

Desde luego el tema del liderazgo podría darme para escribir decenas de libros, y no acabaría de peinar en mucho tiempo todas las aristas de este apasionante concepto entendido desde ese prisma. Mis años de experiencia me han enseñado también que uno como líder no termina nunca de mutar, madurar y seguir aprendiendo a mejorar esta habilidad. La curiosidad, el afán de servicio y la necesaria adaptabilidad al contexto va con el propio concepto de líder como “autoridad moral y referente”, y conlleva esto. Forma parte también del disfrute de ese camino de crecimiento, como decía antes. 
Pero el elefante hay que trocearlo, o nos podemos ahogar con él. Y con el objetivo de ayudar a resumir claves que nos acerquen a esas palancas de las que hablaba y sobre las que poder trabajar para adquirir autoridad a través de la inspiración y referencia para los demás, muchos autores han definido decálogos desde distintos enfoques: por definición del propio concepto, por oposición al propio concepto (mitos a desmitificar), por personalidades que configuran distintos estilos de liderazgo,… 

Desde Sandra Solís Coach, quiero aportar mi particular visión, enfocada desde la mentalidad que considero fundamental que destile cualquier líder para caminar hacia el nivel más maduro de impacto en su contexto y en todas las direcciones, desde la autoridad moral y referente, indistintamente de su posición jerárquica: lo que yo llamo, la “maestría” en liderazgo. Como buen perfil visual que soy, lo haré a través de Octagon: el framework en imagen que he diseñado para resumir los ocho puntos clave de la mentalidad del líder 360º.

Octagon: el framework de Liderazgo 360º de Sandra Solís Coach.

LAS 8 CLAVES DE LA MENTALIDAD DEL LIDERAZGO 360º:

Omni-direccional: es posible liderar a personas a tu cargo o dependientes (y esta es la dirección más conocida), pero también es posible (e importante) liderar con compañeros de profesión y homólogos, e incluso, con clientes, cargos superiores o inversores, por poner algunos ejemplos. Esto implica un cambio en la mentalidad del Líder que parte del pensamiento bloqueante de que sin una «autoridad formal», no puede generar adhesión o influencia positiva. Desde este punto de vista, como comenzaba diciendo, tú YA ERES LÍDER. No precisas de un «galón» o posición jerárquica para ejercer tu liderazgo dentro de tu ámbito de influencia. Para trabajar en este punto de mentalidad, es muy importante entender bien cuál es el propósito que guía tus decisiones y acciones, conocer qué valor quieres aportar al otro, y anclarte a esa intención en cada paso que des para motivar un cambio en tu entorno desde esa coherencia.

Expansivo: «El leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo», reza el proverbio chino, cuya esencia vemos posteriormente evolucionada en la formulación del «Efecto mariposa» como parte del marco de la teoría del caos. Y es que por poco que consigamos impactar sobre nuestro contexto, ya sumará un granito de arena más para generar un cambio a nivel sistémico. La espiral que guía el desarrollo del liderazgo parte del absoluto auto – conocimiento y del interior, parte de tu «ser» y tu esencia, para ir madurando por capas a medida que se expande y se proyecta hacia el exterior de esta forma: hacia personas y en ámbitos más allegados en principio, hacia otros menos cercanos y con una interacción más complicada después, posteriormente hacia entidades mayores… y así, sucesivamente. Ejerciendo cada vez mayor fuerza, influencia y magnetismo. Es clave para el éxito de su expansión recorrer estas capas de dentro a afuera, y empleando dos palancas transversales y fundamentales: tu propia esencia y marca personal, y tu forma de proyectarte a través de la comunicación (lo veremos ahora sobre el modelo en que se apoya este framework).

Consciente: alineado con tu intención en cada movimiento, reflexionado y no impulsivo. Pararse a pensar qué es lo que realmente quieres conseguir con tu aportación, qué cambio es el que realmente deseas generar impactando sobre tu entorno de una manera determinada y a través de cada situación en particular que afrontas, forma parte fundamental del ejercicio del liderazgo. En el liderazgo consciente, juega un papel áun más clave el auto – liderazgo.

Personal: ejerciendo tu propio liderazgo desde tus valores, desde tu «ser», dejando tu propia huella, lo que yo llamo tu «Marca de Autor». Piensa en los grandes líderes que admiras… ¿sientes que alguno esté interpretando un protagonista que no sea él mismo? El carisma que ejerce un líder sobre aquellos a quienes logra sumar a una causa de bien común se fundamenta en sus ragos únicos, exclusivos y diferenciales de su persona. Nunca en los de un personaje que nada tenga que vér con él o ella.

Coherente con tu Propósito: la coherencia es básica en el ejercicio del liderazgo, porque es la verdad, el ser ejemplo de lo que promulgas, lo que alinea a tu entorno con tu causa y finalidad. Un Propósito auténtico, personal, que sea tuyo y no impuesto por nadie más. 0jo con esto porque sucede mucho en organizaciones especialmente que adquirimos o «compramos» el Propósito de otr@s, y que poco o nada tiene que ver con nosotros mismos. Una cosa es que tu Propósito esté alineado con un Propósito corporativo o de grupo, mayor que el tuyo, y sirva o complemente al mismo, (lo cuál es fundamental para liderar en los contextos sistémicos en los que nos desarrollamos) y otra cosa es que ese Propósito enajene el tuyo propio. Cuando esto último sucede, comienza a ejercerse el liderazgo desde un personaje construido (véase punto anterior) lo que genera una idea contrapuesta al carisma, pues no se ve a la persona y su esencia por ninguna parte, no se percibe la verdad y autenticidad (siguientes puntos).

Alineado con una Causa común mayor: en línea con el punto anterior, para generar una transformación en tu entorno es fundamental que el resto de personas sientan que tu aportación a su vez les incumbe a ellos. Que nutre, facilita, suma, viabiliza o ayuda a construir el camino a su propio Propósito. Y que camináis juntos hacia un objetivo y beneficio común.

Auténtico: y que te lo creas al 100%. Muchos matices de los anteriores puntos inciden en la relevancia de la autenticidad del liderazgo. Créeme: no vas a lograr generar el más mínimo impacto, ni la más absoluta emoción, si tú mismo no te emocionas, no te crees al 100%, lo que proyectas. Si no lo proyectas desde la pasión.

Motivador del Cambio y la Acción: Sin acción no hay transformación. Veámoslo a través de un ejemplo: en el mundo del marketing llamamos CTA (Call To Action, «llamada a la acción» en castellano) a las palabras y elementos accionadores que utilizamos para que, tras toda una labor comunicativa con tu target, logres «convencer» para realizar una determinada acción (contactarte, comprar algo, que lea tu mensaje, que pida un presupuesto o un asesoramiento,…). Sin el CTA, sin llevar a tu público a esa acción que precisas para conseguir juntos un fin común, un beneficio mutuo, el marketing te sirve de poco. Habrás hecho «ruido», pero no habrás influido para generar un movimiento hacia el cambio. El liderazgo influyente es un motivador por definición, generador de cambios, y para el cambio hay que «accionar» a quienes sumes a tu causa.

 

Pero no sería un framework de trabajo completo si me limito a resumir con estos puntos el “qué” supone la “maestría” en liderazgo 360º, y no el “cómo” caminar e ir madurando hacia ese “qué”, hacia una mentalidad que domine esas ocho claves, ¿no?

Ahí va mi propuesta de “cómo” trabajarlo: Octagon se basa en un modelo en cinco capas de madurez del liderazgo, recorridas por dos dimensiones transversales de trabajo que te ayudan a ir alcanzando un nivel de sabiduría y dominio sobre sus ocho claves del liderazgo 360º cada vez mayor.

Las cinco capas de madurez del liderazgo 360º se corresponden con (de dentro hacia fuera): 

#1 Líder Protagonista y Consciente

#2 Líder Afiliativo y Referente

#3 Líder Carismático y Motivador

#4 Líder Influyente e Inspirador 

#5 Líder Valiente y Coherente

Y las dos dimensiones sobre las que trabajo en mis programas para ir recorriendo, de dentro hacia fuera, la sabiduría en los niveles de madurez, son: 

  • Intra – Liderazgo: esencia y marca personal. No hay liderazgo sin autoconocimiento, porque impregnar tu huella y diferenciarte a través de ella pasa por conocer tus rasgos y fortalezas únicas y exclusivas para conformarla. Y porque sólo podrás tomar decisiones con inteligencia si descubres, aceptas y aprendes a gestionar todo lo que te define: luces y sombras. 
  • Proyección exterior: comunicación. Porque “si no lo cuentas, no existe”. Pero es importante lograr una comunicación coherente con tu esencia e intención, con tus valores e ideales, con tu propósito, para posicionarte como un referente auténtico, que predica con su ejemplo. Y cuando yo hablo de comunicación en mis programas, no hablo sólo de comunicación oral o escrita: todo comunica… desde tu actitud, tus palabras y tus silencios, hasta la ropa que llevas, tu forma de interactuar con tu contexto y la manera en que te cuidas y tratas a tí mismo. En la mayoría de las ocasiones, no nos damos cuenta de todo lo que puede abarcar el concepto “comunicación” y de todas las posibilidades que también nos ofrece… cuanto antes lo conozcamos, mejor sabremos dar nuestros pasos desde la consciencia plena. 

 

Faltaría por añadir como guinda al framework una actividad que es clave de éxito desde tu actitud: perseverar entrenándolo y trabajándolo. Sólo con constancia, trabajo y aprendizaje desde la exposición se llega al dominio, a la maestría y a la plena coherencia con tu «ser»… Y en todo caso, seguirás pensando que aún puedes expandirlo y profesionalizarlo más. Porque esto va de personas, esto va de crecimiento personal, de conocerse muy bien a uno mismo y lo que quieres,  y de seguir aprendiendo para generar un impacto cada vez mayor. Es inherente al propio concepto de desarrollo del liderazgo focalizarse en disfrutar del camino y no obcecarnos en alcanzar un objetivo que es bastante intangible y sólo podemos ir midiendo en base a percepciones propias y ajenas, y en base a la generación de cambios en pro de una causa cada vez mayor y más comunitaria.

Y fundamental es, bajo mi propia experiencia, rodearse de buenos referentes y dejarse acompañar en el camino por ellos. Yo no habría podido recorrer todo lo que he recorrido, aprender todo lo que he aprendido, sin la compañía y asesoramiento de los coaches y mentores con los que he contado. A ellos les debo mucha claridad de enfoque para trabajar en determinados tramos de mi trayectoria: han sido aceleradores clave y maximizadores de mis logros sin duda. A día de hoy, y más que nunca, sigo rodeándome bien, acompañándome de otras personas con distintas experiencias pero con las que estoy alineada en objetivos, y desde luego, por una mentora experimentada que me guía en mi camino para formarme y tomar las mejores decisiones para mi propósito.  

 

¿Cómo ves tú este concepto de Liderazgo 360º a través de Octagon y su modelo de trabajo en cinco capas y dos dimensiones? ¿Te resulta interesante? ¿Tiene sentido para tí o te gustaría aplicarlo en tu contexto actual? Si quieres que intercambiemos opiniones, o sientes que podría ayudarte en alguno de los puntos, puedes comentar sobre este mismo artículo, ponerte en contacto conmigo directamente a través de mi e-mail (sandra@sandrasoliscoach.com) o reservar una sesión de valoración gratis y sin compromiso pinchando aquí: